domingo, 21 de noviembre de 2010

TYRANNOSAURUS



Tyrannosaurus: Significa reptil tirano.

El paleontólogo Henry Fairfiend Osborn reconstruyó el primer dibujo de esta gigantesca criatura. Lo bautizó Tyrannosaurus, debido a que fue el dinosaurio más peligroso de todos los tiempos debido a su gran ferocidad y tamaño.

Respecto a la cola, no se conoce su longitud exacta. Algunos científicos creen que su cola era tan larga que la arrastraba por el suelo al caminar. Se han mencionado longitudes totales del animal desde los 12 hasta los 16 metros. Medía más que cuatro coches puestos en fila, era más alto que una jirafa y pesaba más que un elefante africano. Con sus grandes dimensiones, era el terópodo más grande, lo bastante como para atajar a la mayoría de los herbívoros de su época. La cabeza de un hombre alto le hubiera llegado a media pantorrilla.

Tenía una cabeza enorme, que medía 1,2 metros de longitud, que se unía a un corto y musculoso cuello.

El tamaño de sus grandes mandíbulas le hubiera permitido engullir a un hombre adulto entero de un bocado. Probablemente atacaba a sus presas lanzándose contra ellas con la boca abierta. Para absorber el impacto del golpe, el cráneo estaba reforzado con huesos y músculos que actuaban como amortiguadores. Sesenta largos y afilados dientes recubrían el interior de sus mandíbulas.

Cada diente podía medir hasta 18 centímetros, la longitud de la mano de un hombre, y estaban un poco curvados hacia atrás, dirigidos al interior de la boca, para retener mejor a sus presas. Tenían bordes irregulares y parecían afiladísimos cuchillos de trinchar carne. Como los tiburones, cuando mordía a su víctima, ésta no tenía ninguna posibilidad de zafarse. Si se le rompía un diente durante una pelea, quizá volvía a crecerle.

El peso de una de estas bestias adulta correspondía en su mayor parte a sus enormes huesos y potentes músculos.

Utilizaba su enorme tamaño para embestir y derribar a sus víctimas, que los expertos creen que tal vez cazaba como los leopardos actuales, ocultándose entre los helechos y árboles para sorprender a sus víctimas. Una vez derribadas cerraría sus mandíbulas en torno al cuello de la víctima hasta matarla. Tenía una gruesa y dura piel que le protegía aún más durante la lucha. Su piel se parecía mucho a la de los cocodrilos actuales: escamosa y cubierta de protuberancias rugosas. Caminando erguido sobre sus dos formidables patas traseras, equilibraba su cuerpo gracias a su larga y ancha cola.

Con sus macizas patas podía correr muy deprisa, pero probablemente era demasiado grande y pesado para mantener la marcha durante un período gran y prolongado. Algunos expertos creen que quizá pudiera correr con bastante rapidez en trechos cortos. En estos arranques quizá alcanzaría los 65 kilómetros por hora, como un rinoceronte blanco actual. Pero después bajaría el ritmo hasta unos 30 kilómetros por hora, sobre todo si perseguía a una presa.

Caminaba apoyándose en los dedos, y no en la planta del pie. Tenía tres cortos y fuertes dedos rematados por afiladas garras, dirigidos hacia delante. El cuarto dedo era más pequeño, apuntaba hacía atrás y nunca tocaba el suelo. Algunos creen que le servía para equilibrarse, o para sujetar mejor a las presas. Cuando comía, utilizaba las garras como las águilas, sujetando el cuerpo contra el suelo y arrancando trozos de carne con las mandíbulas.

Medía posiblemente algo más de 14 metros de largo, casi 15, con una altura de 7 metros y un peso de 6,4 toneladas. Vivió desde hace 67 a 66 millones de años, al final de la Era de los Dinosaurios, en el Cretácico superior, en América del Norte y, probablemente, en China, América del Sur y la India.

Referencias:

http://www.duiops.net/dinos/tyrannosaurus.html

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